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Crisis de liderazgo en las comunidades ciclistas limeñas

CRISIS DE LIDERAZGO EN LAS COMUNIDADES CICLISTAS LIMEÑAS

La fragmentación social y el caudillismo cultural afectan seriamente la conformación de propuestas serias y efectivas.

LA AUSENCIA DE REAL LIDERAZGO

Líder y liderazgo, palabras muy requeridas, deseadas y al mismo tiempo, muy trilladas en el vocabulario académico, político y social de nuestro país. Destaca sobre todo, la ausencia de las mismas en lo práctico y necesario dentro de las organizaciones de todo tipo. La crisis de liderazgo en las comunidades ciclistas limeñas, como reflejo de esta problemática, no están exentas de este fenómeno característico de la escasez de la cultura política local. La ausencia de liderazgos justos o suficientes no permiten articular a las propias organizaciones, articular demandas, gestionar recursos o fomentar mayor participación ciudadana, inclusión social y extensión comunitaria. Son claramente escenarios críticos y buenos ejemplos de la crisis de gobernanza y organización social peruanas, las que a su vez derivan en patrones culturales arraigados como el caudillismo social, la improvisación política y el centralismo autoritario. Esta diversidad de patrones limita el potencial de las comunidades ciclistas como agentes de cambio social y debilita sus estrategias para promover culturas organizativas más participativas y democráticas.

Ciclistas discutiendo
Las discordias o alejamientos de puntos de vista son parte de la interacción cultural, política y social, pero cuando éstas se convierten en un rasgo característico o espontáneo de una comunidad, se revela una ausencia total de liderazgos capaces de dirigir las discusiones a resultados concluyentes. La mayoría de veces se oculta o se evita la conflictividad, pero ello no implica su inexistencia. No se confronta el hecho y se esquiva el tratamiento de su origen.

CAUDILLISMO CULTURAL EN LA COMUNIDAD CICLISTA

O’Donnell (1994) ya advertía que las principales características de la cultura política en nuestro país e inclusive en América Latina, están repletas de patrones de autoritarismo, poder centralizado y debilidad institucional. Este conjunto de fenómenos tiende en la aparición de caudillos o períodos de caudillaje sucesivo que concentran el poder político en manos de personajes que pueden ser ampliamente carismáticos o sistemáticamente violentos, con prioridad de intereses personales y/o de grupo por encima de los comunes o colectivos.

La historia peruana y especialmente su historia política, posee un gran porcentaje de gobiernos caudillistas, lo que generaba únicamente confianzas temporales hacia los supuestos líderes e instituciones (Degregori, 2000). De ahí que la fragmentación y la falta de continuidad de proyectos sea un común denominador. Este esquema dinámico se difunde en todos los ámbitos de la vida política, inclusive los entornos domésticos y también en las organizaciones deportivas, caso de la crisis de liderazgo en las comunidades ciclistas limeñas.

En definitiva, la ausencia o falta de efectividad de los liderazgos en clubes y grupos son claramente una manifestación de la cultura política reinante. Los roles autoritarios o paternalistas abundan en estas organizaciones dando como resultado la carencia de mecanismos para toma de decisiones colectivas, falta de transparencia y ausencia de planes de desarrollo, los que a su vez limitan su capacidad para dar peso influyente en las políticas públicas y por ende, en cambios significativos.

AUGE CON CAUDILLISMO

Para nadie es extraño que las comunidades de ciclismo en el Perú han venido experimentando desde hace más de una década un crecimiento significativo. Esto ha venido impulsado principalmente por la búsqueda de actividades de recreación, por el interés deportivo y por la búsqueda de alternativas de transporte sostenible. Podemos atrevernos a mencionar que estos elementos de crecimiento poseen correspondencia en este orden. Sin embargo, es claramente notable que este impulso no ha guardado correspondencia con desarrollos institucionales y organizativos que acompañen el volumen de crecimiento y sus necesidades. Como reflejo de esta ausencia de desarrollo, los supuestos liderazgos no son efectivos y se terminan convirtiendo en un obstáculo permanente. Nuevamente, se calca el esquema cultural político previamente señalado.

El liderazgo como concepto es ampliamente tomado en cuenta en el campo de las ciencias sociales y entra a tallar en aspectos como la movilidad social y la gobernanza. Northouse (2018) presenta algunos modelos de liderazgo que bien podrían aplicarse para el caso. En principio, establece que el liderazgo es un proceso influyente mediante el cual un único individuo o un grupo de ellos motiva a otros a realizar acciones o establecer comportamientos para alcanzar objetivos comunes o supuestamente comunes. Dentro de su estudio, propone la existencia de liderazgos tradicionales con estructuras de rasgos, habilidades y conductas, así como liderazgos transformacionales en el que la inspiración originada por el líder ayuda a motivar, empoderar, fomentar y trascender los objetivos individuales de los miembros del grupo o club para que recaigan sobre los colectivos (Bass, 1985).

A diferencia del liderazgo transformacional, existe el transaccional, el que se basa principalmente en un sistema de recompensa-castigo. En escenarios donde prima la cultura autoritaria, el sesgo y la jerarquización vertical o excluyente, este tipo de liderazgos se manifiesta de forma predominante. Es este liderazgo el que limita el potencial de nuestros grupos o clubes para poder convertirse en espacios de confianza, aprendizaje, inclusión y desarrollo, los que en conjunto pueden dar paso al liderazgo transformacional.

Es importante entender que la crisis de liderazgo de las comunidades ciclistas limeñas no es únicamente la expresión de únicos individuos o de cualidades particulares que parten de una sola vertiente. Más bien, está muy vinculado con el capital social, lo que vienen a ser las redes de confianza y cooperación que se expresan al interior y exterior de la organización (Putnam, 2000). Para el caso que estamos departiendo, el capital social es rico pero débil, puesto que no conecta intra, inter y extra institucionalmente (Tanaka, 2005), imposibilitando la movilización para objetivos comunes. El hecho de que la mayoría de liderazgos de clubes y grupos de ciclismo en el ámbito peruano son autoritarios y de origen particular, ignoran el espacio para la construcción del capital social (Coakley, 2007). Ello aumenta la tendencia hacia la fragmentación, la exclusión y la permanencia de dinámicas sociales que evitan culturas organizativas consolidadas.

Ciudades como Lima, Arequipa y Cusco son las que más clubes y grupos de ciclismo posee, cada cual con sus propias perspectivas y proyecciones. La aparición de nuevas organizaciones de este tipo ha aumentado debido principalmente a la actividad turística, deportiva y el activismo social. Pero la mayoría de ellas ha surgido mediante el anteriormente mencionado fenómeno de la fragmentación. La fragmentación no necesariamente deriva de alguna organización previamente establecida, sino también, del hecho de que una nueva se conforme a partir de que no existen propuestas suficientemente atractivas o consolidadas que inviten a adherirse. Es decir, la idea de conformar una propuesta nueva o supuestamente nueva, resulta más llamativa que la opción de ser parte de acciones ya existentes. Otro motivo de la aparición progresiva de nuevas organizaciones de ciclismo es la insistencia cultural del caudillismo, fenómeno del que ya hemos comentando líneas arriba. El caudillismo convence a que muchos individuos se consideren autosuficientes para llevar la batuta en la propuesta organizativa o de convocatoria. Y ello es fácil de justificar puesto que las organizaciones ya establecidas gozan de debilidad institucional y propuestas básicas, fáciles de imitar o incluso de mejorar. Dicho en otras palabras, al no existir agendas, preferible crearse la suya propia o peor aún, dar cuenta de que no son necesarias, disminuyendo la capacidad de articulación.

Períodos poco comunes como la pandemia del Covid-19 del año 2020, permitieron una explosión del caudillismo en muchos aspectos sociales. Esto se pudo apreciar claramente en la comunidad ciclista limeña, la que pasó de tener alrededor de 60 agrupaciones en 2019, a más de 150 para el año 2022. Gran parte de estas nuevas propuestas poseían poca o nula formación previa derivada de alguna antigua organización, ya que se originaban espontáneamente dentro del marco de la coyuntura sanitaria. La emergencia del Covid-19 potenció la fragmentación y el caudillismo. La escasa formación de habilidades organizacionales, de gestión y de proyectos, aunado a la percepción de que el campo político es un ámbito ajeno, alejó aún más a la comunidad ciclista de procesos sociales vitales, limitándose la capacidad general para la construcción de alianzas.

Para inicios de 2025, sólo en el caso limeño, de los más de 150 grupos o clubes, contaban con actividades permanentes alrededor de 26 de ellos. Y de éstos 26, menos de 10 eran organizaciones legalmente institucionalizadas con relativa agenda propia. El resto de agrupaciones acostumbra plegarse a convocatorias propias o de terceros. Unas 40 han desaparecido completamente del mapa o resulta que eran inspiraciones emotivas de un único individuo. Al no existir visiones claras de lo que son los propósitos del grupo, la incapacidad de responder a las necesidades de los miembros, la ausencia de roles claros y delegación de responsabilidades -la que colabora en el sentido de pertenencia-, se genera desmotivación, aparecen los conflictos internos y hasta el colapso o desmembración.

Pareja de ciclistas discutiendo
La conflictividad entre caudillos no es palpable ni directa. Se hace evidente a través de entornos intermedios como las redes sociales, comunidades digitales y reuniones internas. Incluso, el elemento conflictivo no necesariamente asume la fricción, sino que utiliza directa o indirectamente a sus seguidores o miembros, gracias al carisma o apego que le tienen.

SALIR DEL CAUDILLISMO

Las medidas para revertir esta situación, tal como hemos observado, no pasan únicamente por prestar atención a las organizaciones que conforman la comunidad ciclista, sino al conjunto de todo el marco y la cultura política existente en la sociedad peruana. Sin embargo, la implementación de estrategias que permitan el desarrollo de habilidades organizativas, la construcción de capital social y la inclusión de la sociedad civil podrían, eventualmente, generar espacios de mejora continua. Una propuesta como buen punto de partida, aunque algo complicado y hasta cierto punto, sacrificado por así decirlo, es la detección de organizaciones ciclistas que más se acercan al liderazgo transformacional o cuya experiencia pueda hacer menos complicado este proceso. Por lo general, y sin ánimo de exclusión, son aquellos que poseen miembros experimentados en otros campos, como el empresarial o el académico, ya que les es más fácil promocionar culturas organizativas profesionalizadas, elaborar planes estratégicos, gestionar proyectos y recursos, evaluar periódicamente sus actividades y construir agendas colectivas. Las agrupaciones que coincidan en esta agenda y al mismo tiempo observen ausencia de habilidades en sus propias organizaciones, pueden -y aquí está la parte sacrificada-, unirse como capital social a la cultura organizacional principal. De este modo, las habilidades de liderazgo bajo un formato similar al de las mentorías permitirían construir las redes de confianza suficientes para involucrarse en procesos conjuntos de incidencia política.

El caudillismo cultural y la crisis de liderazgo en las comunidades ciclistas limeñas es casi omnipresente y hace difícil esta opción porque va de la mano de los intereses propios, apañado por el ego y la vanidad individual, que a veces se transforma e irradia en la ilusión de la vanidad grupal. Sobrepasar esta situación requiere de un esfuerzo consensuado de al menos las agrupaciones más significativas o las coincidentes en objetivos. Solo a traves de estas decisiones que parta de los líderes con mayor acercamiento al liderazgo transformacional, será posible establecer una cultura organizativa de mayor incidencia que pueda ampliar los espacios de participación ciudadana y desarrollo de la comunidad ciclista de manera positiva en la sociedad peruana.

Referencias

  • Asociación Cultural y Deportiva ProBike Perú (2015-2025). Asistencia a eventos de clubes y grupos de ciclismo en Lima [Recopilación de base de datos en línea]. Recuperado de https://probikeperu.com
  • Bass, B. M. (1985). Leadership and performance beyond expectations . Free Press.
  • Coakley, J. (2007). Sports in society: Issues and controversies (9th ed.). McGraw-Hill.
  • Degregori, C. I. (2000). La Década de la Anti política: Auge y Huida de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
  • Facebook (2019-2025). Publicaciones de eventos, actividades diversas, comentarios de clubes y/o grupos de ciclismo de Lima, Perú [Recopilación de publicaciones diarias de múltiples fan pages]. Recuperado de https://facebook.com
  • Instagram (2019-2025). Imágenes de eventos, actividades y comentarios de clubes y grupos de ciclismo de Lima, Perú [Recopilación de feeds diarios de cuentas grupales]. Recuperado de https://instagram.com
  • Northouse, P. G. (2018). Leadership: Theory and Practice. Thousand Oaks: Sage Publications.
  • O’Donnell, G. (1994). Democracia Delegativa . Revista Democrática, 5(1), 55-69.
  • Putnam, R. D. (2000). Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community. New York: Simon & Schuster.
  • WhatsApp Grupos. (2019-2025). Conversaciones, invitaciones y discusiones sobre eventos, actividades y temas de ciclismo en Lima, Perú [Mensajes de diversos grupos de WhatsApp].
Publicado en Artículos

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